domingo, 15 de junio de 2014

62. Rayuela Gardeliana -I Cortázar tanguero


I parte (de 2)


CORTÁZAR TANGUERO
(Ensayo de Orlando Ramírez Casas en abril  
23 de 2010.Versión actualizada en junio 6 de
2014 para el blog Postigo de Orcasas)


INTRODUCCIÓN


Con ojos literarios, claro, leí la novela Rayuela, de Julio Cortázar; pero poco a poco mis ojos de tanguero fueron detectando frases y tomando anotaciones que me llevaron a un descubrimiento: ¡Esta novela es un tango! Y, es más, es un homenaje de Cortázar a Gardel. En abril 23 de 2010 mostré mi tesis o ensayo al Dr. Luciano Londoño López, quien estuvo de acuerdo con lo planteado, y lo compartió con don Ricardo Ostuni quien, al leerlo, se mostró sorprendido y también de acuerdo. Don Ricardo me confesó haber escuchado a Marikena Monti cantando un tema de Jorge Schusseim que contiene la frase Rayuela es un tango que vive en París. En principio me decepcionó, por la humana pero vanidosa pretensión que yo tenía de haber sido el primero que descubriera tal cosa, pero luego me alegré de que el Sr. Schusseim y yo coincidiéramos en la apreciación porque eso es una refrendación de que mi idea no es peregrina y tiene un sustento comprobable.

Igual sentí cuando leí la afirmación de que Rayuela es un tango” (Cortázar, Baudelaire, el tango y yo), hecha por doña Leda Schiavo –donaleda@uic.edu– profesora argentina de literatura hispana de la Universidad de Illinois en Chicago, publicado en el “Blog de Estrella”:


También lo sentí cuando leí lo afirmado por el Sr. Joaquín Roy en el sentido de que Rayuela es un tango de 635 páginas (1).

(1) [Música y poesía del tango. Antonio Pau. Cita al profesor
Joaquín Roy (de Barcelona, España), catedrático de literatura
hispana en la Universidad de Miami y autor del libro Julio Cor-
tázar ante la sociedad (Edit. Península, 1974), en su conferen- 
cia: Emory University, XXVII annual Kentucky foreing lan-
guage conference, Lexington KY, 25-27 april, 1974]

El hecho de que yo viniera a conocer estas opiniones cuando ya había presentado en público mi tesis, reafirma que el planteamiento está bien encaminado. Di al respecto una charla el sábado 14 de abril de 2011 a los miembros de la Asociación Gardeliana de Colombia en el Centro Cultural Homero Manzi de Medellín, la que previamente había presentado en la Corporación Sonora Matancera de Antioquia, por invitación del Dr. Héctor Ramírez Bedoya; en el Restaurante Bermellón de Envigado, por invitación del Sr. Jenaro Briñón; y en el Parque Biblioteca de Belén, por invitación del Sr. William Álvarez:

Rayuela, de Cortázar, un homenaje a Carlos Gardel -Parte 1/2: https://www.youtube.com/watch?v=RaZUvT9oc0I

Rayuela, de Cortázar, un homenaje a Carlos Gardel -Parte 2/2:
https://www.youtube.com/watch?v=zVHTLHNlYvQ

Me escribió don Ricardo Ostuni diciendo que…Le reitero que su charla fue excelente. No es fácil llegar a comprender la esencia de una obra como Rayuela y mucho menos descifrar sus recónditas claves tangueras... Muchas gracias estimado don Orlando por el material que me ha enviado y que imprimiré para guardarlo en mi archivo. Es uno de los pocos estudios serios que se han escrito sobre Cortázar y el tango, ya que casi siempre sólo se hace una mención al pasar, pero sin profundizar en la obra del escritor…”.

De mi lectura concluí, pues, que esa historia del hombre enamorado (Horacio Oliveira) que es abandonado por la mujer que dice amarlo (La Maga) y se dedica incansable a buscarla pero nunca la vuelve a ver… es el argumento de un tango de despecho, como decir Mi noche triste” (percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y esplín en el corazón); o como decir La cumparsita” (si supieras que aún dentro de mi alma conservo aquel cariño que tuve para ti. Quién sabe. Si supieras que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado te acordarías de mí). Eso fue algo que para mí se volvió claro; y más claro al encontrar que prácticamente todas las referencias tangueras encontradas en Rayuela son del repertorio gardeliano, lo que me llevó a afirmar que no sólo Rayuela es un tango, sino que es un tango en homenaje a Carlos Gardel.

Rayuela”, de Julio Cortázar (publicación virtual):

El texto completo de mi planteamiento puede bajarse a través del siguiente enlace que, por misterios del Sr. Google, aparece con el título de un texto que escribí y no he publicado: “Una iglesia en media manga”:

También en Festitango Medellín puede verse:
http://festitangomedellin.blogspot.com/2010/06/rayuela-ritmo-de-tango.html

Por recomendación de don Ricardo Ostuni ese texto fue además publicado por don Carlos Groppa en su revista Tango Reporter de California, Estados Unidos, en el nro. 183 de sept-oct de 2011, año XVI; y por recomendación de la Sra. María Inés Fernández, secretaria de la Asociación Gardeliana de Colombia, en el nro. 55 de sept. de 2014 de la revista Tanguedia de Montevideo, Uruguay. También lo publicó la revista Melómanos Documentos de Cali en su edición nro. 49 de abril a junio de 2010.

Trataré de hacer una versión resumida de ese trabajo para el blog Postigo de Orcasas.

RAYUELA, UN TANGO EN HOMENAJE A GARDEL

El pasado 12 de febrero de 2014 se cumplieron 30 años de la muerte del escritor argentino Julio Cortázar Descotte, nacido en Bélgica por trashumancia diplomática de sus padres; y muerto en París, por causa de una leucemia. El próximo 26 de agosto se celebrará el centenario de su nacimiento. Con tres mujeres estuvo casado: la argentina Aurora, hermana del poeta Francisco Luis Bernárdez, fue la primera y a la vez terminó siendo su viuda y albacea; la lituana Ugnes Karvielis, que desapareció de su vida y no encontré más datos; y la canadiense Carol Dunlop que falleció de leucemia y lo dejó viudo antes de que él muriera de la misma enfermedad.

El nicaragüense Sergio Ramírez Mercado en su artículo Encuentro con la magaatribuye a Aurora Bernárdez la inspiración del personaje:


Lo que tiene asidero en el hecho de que un autor crea sus personajes tomando particularidades de una y otra de las personas que hubiera conocido, pero es más posible que fuera la alemana Edith Aron, a quien Cortázar conoció en un crucero y buscó incansablemente cuando la perdió de vista, la mayor inspiración de ese personaje. Esta mujer, Edith Aron, estuvo reunida en casa con Cortázar y la Sra. Bernárdez, según cuenta en entrevista concedida en marzo 7 de 2004 a Juana Libedinski del periódico La Nación de Buenos Aires:


Cortázar amó el tango y tiene un poema con el tanguero título de “Rechiflao en mi tristeza”, incluido en su libro de poemas “Salvo el crepúsculo” (Edit. Nueva Imagen de México, 1984); pero parece que no fue tanguero de ley, tal como nosotros decimos del que oye un tango y puede identificar su título, quién lo canta y con cuál orquesta, y quiénes son el autor de la letra y el compositor de la música. Lo que no obsta para que Tomás Barna, Edgardo Cantón, Susana Rinaldi, Benjamín Kruk, Antonio Seguí y otros 20 socios fundaran en noviembre de 1981, inspirados por él, el establecimiento Tanguería Trottoirs de Buenos Aires, en París. Barna afirmó que “El padrino espiritual de La Tanguería fue Julio Cortázar quien, en las postrimerías de los años 70 había presentado un disco con letras de tango suyas y música de Edgardo Cantón, grabado en la voz de Juan “Tata” Cedrón”. Ese disco (Trottoirs de Buenos Aires) salió en 1980 y su afrancesado título fue puesto por Cortázar.

El tango, se ha dicho, es música de borrachos; y por culpa de un amor perdido Horacio Oliveira, personaje de la novela de Cortázar, se pegó “una borrachera como pocas veces” hasta llegar a la conclusión, después de “litros y litros de vómitos verdes”, de que no se deben “mezclar el vodka y el vino tinto” (Rayuela, cap. 29, pag. 170. Edición de la Editorial Oveja Negra de Bogotá, Colombia, 1984. Todas las referencias a Rayuela en este texto, son tomadas de esta edición).

Luis Tomasello dice que Cortázar “Sabía mucho de pintura, y la fama de experto en jazz era justificada, pero nunca sonaba como el tipo que se jacta de saberlo todo”. Y Cortázar pone en boca de Horacio Oliveira que la Maga admiraba enormemente “mis conocimientos diversos y mi dominio de la literatura y hasta del jazz cool” (Rayuela, cap. 2, pag. 22).

Los latinos monolingües o uníglotas nos perdemos de las palabras y el argumento en ese ritmo universal que es el jazz. Qué de quejas y lamentos habrá en sus letras, supongo, y más que suponer afirmo, puesto que solamente de oír uno sonar esas trompetas, esos clarinetes, esos oboes, esos saxofones, esos violines, ese piano; ya sabe que están llorando y se están lamentando de amores perdidos. Julio Cortázar, además de su bilingüismo francoespañol, también debió saber mucho de inglés. A él le encantaba el jazz, y lo entendía. Dice Xavier Quirarte en Julio Cortázar, ese jazzman que:

Las referencias a la música son continuas en la obra de Cortázar, con un especial cariño por el jazz… Como ejemplo, un fragmento de Rayuela, donde habla del sensual efecto de la trompeta de Louis Armstrong `el falo amarillo rompiendo el aire /y gozando con avances y retrocesos, /y hacia el final, tres notas ascendentes, /hipnóticamente de oro puro, /una perfecta pausa /donde todo el swing del mundo palpitaba en un instante intolerable, /y /entonces /la eyaculación de un sobreagudo /resbalando y cayendo como un cohete /en la noche sensual´.” (Rayuela, cap. 13, pag. 55).

El Johnny Carter del cuento El perseguidor es un alter ego del saxofonista Charlie Parker. Cortázar dice por boca de Bruno, su narrador, que: “Soy un crítico de jazz lo bastante sensible como para comprender mis limitaciones, y me doy cuenta de que lo que estoy pensando está por debajo del plano donde el pobre Johnny trata de avanzar con sus frases truncadas, sus suspiros, sus súbitas rabias y sus llantos. A él le importa un bledo que yo lo crea genial, y nunca se ha envanecido de que su música esté mucho más allá de la que tocan sus compañeros... Nadie sabe ya cuántos instrumentos lleva perdidos, empeñados o rotos. Y en todos ellos tocaba como yo creo que solamente un dios puede tocar un saxo alto, suponiendo que los dioses hayan renunciado a las liras y a las flautas.


Tiene Cortázar un cuento sobre tango cuya historia, contada por Jesús Marchamalo en Los libros de Cortázar-El tango de la vuelta, para el Centro Virtual Cervantes.es, puede leerse en el siguiente enlace:


Cortázar aceptó hacer un prólogo para un libro del pintor holandés Pat Andrea, pero le anunció que su texto no sería un prólogo, ni una presentación, sino un cuento; que le entregó cinco meses más tarde y se tituló “El tango de la vuelta”.

Bueno, pero no es del jazz ni de ninguna otra clase de música, sino del tango del que queremos ocuparnos, específicamente de los temas mencionados en la novela Rayuela.

Sobre su obra dice José Blanco Amor:Es imposible entender a Cortázar si a uno no le gustan el tango y su metafísica, o si no se evoca a Buenos Aires. El tango, con su efusión sentimental y distanciamiento crítico, es la síntesis sutil entre el profundo sentido del porteño y su universalidad. Sin embargo, como remata Blanco, por contradicciones que sólo les ocurren a los genios, más tarde Cortázar expresa: "Creo que el tango, en general y especialmente si se lo compara con el jazz, es una música muy pobre... pobre, ¡pero bella!".

En entrevista para The Paris Review dijo el inefable Julio Cortázar que: "...yo crecí en una atmósfera de tangos. Los escuchábamos por radio, porque la radio empezó cuando yo era chico, y después fue un tango tras otro. Había gente (amante del tango) en mi familia, como mi madre; o una tía, que tocaba tangos al piano y los cantaba... El tango se convirtió en parte de mi conciencia y es la música que siempre me devuelve a mi juventud y a Buenos Aires".

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)



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